Ramadán es el noveno mes del calendario islámico dedicado al ayuno. Cada día durante este mes, desde el amanecer hasta el atardecer, los musulmanes de todo el mundo se abstienen de comer, beber, fumar, y participar en todas las formas de actividad malévola o excesiva.
El ayuno tiene como objetivo disciplinar al creyente en el camino espiritual , la humildad y la paciencia. Es un tiempo para limpiar el alma, centrar la atención en Dios y practicar la abstención de lo que nos perjudica (de sí mismo). El Ramadán es un tiempo para que los musulmanes ayunen para conseguir la complacencia de Diosy participar en mayor grado en la oración y la práctica religiosa como un proceso de enriquecimiento (fortalecimiento) para el resto del año.
El ayuno no es sólo uno de los cinco pilares del Islam, es obligatorio y es uno de los principales formas de adoración. La restricción de la necesidad física de los alimentos y el agua, poner freno a las intenciones que perjudican y a los antojos se considera un acto de cumplimiento y obediencia a Dios, que es una expiación por los pecados, fallos y errores. Durante el Ramadán, los musulmanes piden perdón por los pecados del pasado, oran por la dirección y la asistencia en la abstención de los problemas cotidianos y declaran su esfuerzo por limpiarse a través del auto-control y grandes actos de fe.
Tres meses después del Ramadán viene el tiempo de la gran peregrinación a la Meca, el lugar de nacimiento del Islam, donde nunca ha dejado de crecer el número de hombres y mujeres que acuden cada año procedentes de cada lugar del planeta. El origen del Hajj (pronunciado como “Jach”) el último de los pilares del Islam, data del tiempo de la llegada del profeta Abraham y atrae a musulmanes de todas las razas y nacionalidades que visten dos piezas de tela sin costuras que representan el haber dejado atrás todas las ataduras mundanas, como símbolo de la igualdad en el Islam. Cada año millones de personas hacen el peregrinaje, haciendo de este acontecimiento la mayor reunión de todo el mundo.
Durante la celebración de la Fiesta del Cordero, los musulmanes conmemoran y recuerdan los actos de Abraham por sí mismos mediante el sacrificio de un animal, como una oveja, un camello o una cabra. Esta acción es mal entendida muy a menudo por aquellos ajenos a esta celebración.
Alá permite a los musulmanes comer carne de animales, siempre y cuando pronuncien su nombre en el solemne acto de quitar la vida. Los musulmanes sacrifican animales de la misma manera durante todo el año. Al decir el nombre de Alá en este momento, se les recuerda que la vida es sagrada.
La carne del sacrificio es sobre todo regalada a otros. Una tercera parte es consumida por la familia más cercana, un tercio se regala a parientes y amigos, y el resto es donado a los más necesitados. El acto simboliza la voluntad de renunciar a algunos de nuestros propios bienes, a las cosas beneficiosas para uno mismo o que están cerca de nuestros corazones, a fin de seguir las órdenes de Alá. También representa el fortalecimiento de los lazos de amistad y la ayuda a aquellos que están en necesidad. Reconocemos que todas las bendiciones vienen de Dios, y debemos abrir nuestros corazones y compartir con los demás.
En la primera mañana de la Fiesta del Sacrificio, los musulmanes de todo el mundo asisten a las oraciones en sus mezquitas y locales. Las oraciones son seguidas por las visitas a familiares y amigos y el intercambio de saludos y regalos. En algún momento, los miembros de la familia visitarán alguna granja local o prepararán el sacrificio de un animal. La carne se distribuye durante los días de las vacaciones o poco después.
Es una celebración sobria, honda. Una fiesta reconfortante en la que cada creyente bebe el agua de la vida y se esponja con ella y recapitula sus actos y sus intenciones para impregnarse de las nobles cualidades de Abraham, a quien se conoce como «el amigo íntimo de Alá», porque sus miembros físicos y sus facultades están impregnados de lo Absoluto. Podríamos resumir sus cualidades en una fundamental: no poner trabas a la voluntad de Dios; dejarse atravesar por Él como el cauce de un río por el agua, y llenarse de Su designio hasta la identificación. Abraham, el amigo íntimo o hanif, el sometido, es el ejemplo perfecto que se nos propone en esta hora del Id al Kabir, la fiesta mayor, que festeja el establecimiento de la ley que protege la vida humana y la fusión del ser puro del hombre con sus anhelos de perfección.
La Ashura es un día de fiesta que se celebra anualmente en Turquía, en el que sucedieron muchos eventos para los musulmanes, destacando como más importante el día en el que el Arca de Noé se estableció en tierra firme. Se centra en la promoción de la amistad, las buenas relaciones entre los vecinos, la paz universal y la comprensión.
En Turquía, se prepara un plato tradicional durante este mes conocido como el pudín de Noé. Está destinado a simbolizar la comida de celebración que Noé hizo cuando salió del arca. Es un signo de paz en la comunidad y de un futuro brillante.
La tradición de Ashura
La realización de la Ashura es una práctica común entre los musulmanes y cristianos en el Medio Oriente. En Turquía, se acostumbra preparar Ashura en un momento determinado del año. Las comunidades cristianas de todo el Oriente Medio preparan un plato de trigo dulce similar, llamado «Hedik, Amah o Qamhiyyi».
La Ashura preparada en casa se comparte con los vecinos. Generalmente las personas que preparan Ashura envían una taza para cada uno de los vecinos de su edificio. Como tradición los residentes de cuarenta casas a su este, oeste, norte y sur se consideran vecinos. Uno tiene la responsabilidad de mantener buenas relaciones con sus vecinos, independientemente de su religión o sus creencias. También es una costumbre el preparar Ashura en grandes calderos y distribuirlo a los pobres.
Receta de Pudding de Noé